sábado, 3 de febrero de 2007

Buscando en la ruta


Me acerqué a la dirección de una manera muy intuitiva y en un momento de búsqueda dentro de mi carrera en el teatro. En 1998 comenzó el proceso de creación de Fosca, la primera obra que dirigí con mi recién creado grupo. Las herramientas con las que contaba era la experiencia acumulada como actor en diversos montajes dirigidos por algunos de los maestros que me formaron.
En este primer montaje investigamos alrededor de un año diversos lenguajes partiendo del entrenamiento y la improvisación. Las largas jornadas con los actores y sus aportes en las improvisaciones que partían en base a sensaciones, sueños, atmósferas, etc. fueron la columna vertebral de ese primer proyecto. La experiencia me dejó lleno de inquietudes y ganas de seguir investigando en esa ruta.

Con los dos siguientes montajes que dirigí surgieron nuevas inquietudes y nuevas búsquedas: Del sueño de las Palomas y El profeta del Silencio, fueron obras que llegaron a nosotros de distintas formas y al lado de Fosca son obras en las que exploré en la misma dirección: La improvisación como parte fundamental en el proceso de la creación.

¿Cuál es el impulso para elegir determinada obra o hablar de determinado tema? No se si en mi caso es la intuición o la necesidad de decir y tocar ciertos temas o, simplemente la manera como se presentan las cosas para decidir si hacer o no determinado proyecto. Creo que estas tres cosas se juntaron en “Antonio y Cleopatra”, el siguiente montaje que dirigí. Abordar un clásico de esas dimensiones era hasta un poco descabellado para un grupo de teatro independiente. Pero el tremendo esfuerzo de mi equipo y la entrega de los actores hizo que esta obra se hiciera y viera la luz. La experiencia no me pudo traer más que aprendizaje. Con aciertos y desaciertos, en este montaje busqué un camino diferente para llegar al resultado final: yendo directamente a las escenas y a los personajes. Intentando provocar y motivar a los actores constantemente a ir mas allá de lo encontrado.

En “tus amigos nunca te harían daño” nuevamente surge la búsqueda por investigar algo completamente distinto. Una comedia juvenil de autor peruano con un lenguaje muy coloquial y cercano. Los actores hicieron su trabajo y poco a poco la tomaron como suya, aportando constantemente y finalmente creando entre ellos y yo , por así decirlo, la puesta en escena. Nada más gratificante. Sentir que has motivado como director a generar un trabajo creativo en equipo. Por ahora no creo en poner solo mis ideas en la puesta sino provocar en el equipo un intercambio que enriquezca finalmente nuestra creación.

En Ópalo estamos aún en búsqueda. Los temas y montajes vienen siendo, por así decirlo, un poco diversos y sin una línea clara aparentemente. Acaso un collage de montajes disímiles: desde Canto Rodado, cuyo contexto es en la ciudad minera de Cerro de Pasco en los años 50, o La caravana del Arco Iris, un musical para niños (ambas obras dirigidas por otros compañeros de mi grupo) pasando por los montajes que ya mencioné. Es clara la búsqueda, pero a la vez somos un equipo que cuestiona y replantea constantemente su trabajo, provocándose a si mismo nuevas interrogantes y nuevos lenguajes que hablen de nosotros mismos y de nuestra sociedad. En siete años de búsqueda estamos en este punto. El futuro nos dará en el camino de repente algunas respuestas, pero mientras tanto hemos querido hacer un pequeño alto para confrontar en cuatro de nuestros montajes lo aprendido, lo vivido y lo encontrado en estos años.
Jorge Villanueva (Actor, director y fundador de Ópalo)

Una constante búsqueda


Ópalo es un colectivo teatral independiente. Está conformado por actores y actrices con más de quince años de labor escénica y por un gran equipo humano.


Nace en el año de 1999, a partir de un taller experimental de improvisaciones en torno a la novela Todos los hombres son mortales de Simone de Beauvoir, producto de esta experiencia surge la primera obra Fosca.

Fosca tuvo una exitosa temporada en Lima, viajó por varias ciudades del país y fue invitada al Festival Internacional de Teatro en San José dos Campos en Sao Paulo, Brasil.

La segunda obra Del Sueño de las Palomas (2000), nos habla de la violación de derechos humanos y el abuso de poder en un contexto de dictadura. Está inspirada en textos de la novela Un Hombre de Oriana Fallaci, tuvo una temporada en Lima de febrero a marzo del 2001, viajando luego por varias ciudades del interior del país (Cusco, Cerro de Pasco. Tingo María, Oxapampa y Pozuzo).

Durante la gira del 2001 nace La Caravana del Arco Iris, una propuesta completamente diferente a las anteriores, dedicada a los pequeños. La Caravana del Arco Iris es un homenaje a los niños y un sincero intento por revalorizar el teatro infantil.

La experimentación e investigación continua forman parte de los objetivos de Ópalo. Así, las obras son revisadas permanentemente, desarrollando nuevas propuestas estéticas y lenguajes escénicos, como en el caso de la segunda versión Del Sueño de las Palomas, que, con una renovada propuesta estética vuelve a las tablas en el 2002.

En el 2003, fue puesta en escena El profeta del silencio del dramaturgo venezolano Juan Carlos de Petre, con quien tuvimos un encuentro entrañable en septiembre del 2002.

En el 2004, Ópalo se une a LIT (Laboratorio de Investigación Teatral) y juntos llevan a las tablas Canto Rodado obra escrita por Anabelí Pajuelo y basada en la novela de Felipe de Lucio Pezet. Cinco días en la vida de Lucrecia Parker. Canto Rodado fue puesta en escena entre abril y mayo del 2004.

También para el 2004 es llevada a escena Antonio y Cleopatra, de William Shakespeare, con 14 actores en escena, en una propuesta bastante vanguardista es probablemente la aventura más ambiciosa que Ópalo ha experimentado hasta el momento.

Para el 2005 Ópalo llevó a escena Tus amigos nunca te harían daño comedia del dramaturgo peruano Santiago Roncaggiollo está experiencia permite al grupo su más puro deseo de jugar y descubrir en la experimentación lúdica, nuevas posibilidades de expresión y de reto. Tuvo una exitosa Temporada en octubre en la Alianza francesa

En diciembre del 2005 Opalo celebró sus siete años de vida artística y lo hizo con una retrospectiva de cuatro de sus obras en la casa cultural del grupo Yuyachkani. Las obras trabajadas fueron: Fosca, Canto Rodado, La Caravana del Arco Iris y Tus amigos nunca te harían daño.

En Octubre del 2006 ganó el festival de Teatro del Icpna con la obra Super Poper del dramaturgo nacional César de María. Nuevamente la búsqueda de nuevos lenguajes escénicos y el reto de llevar adelante un texto tan rico en complejidades resultó una gran experiencia junto a un equipo maravilloso de actores, asistentes, productores y amigos.


Ópalo se caracteriza por estar siempre en movimiento, la búsqueda de una estética propia es el móvil de la permanente experimentación e investigación de sus integrantes, siempre en pos de un teatro honesto, sin pretensiones, un teatro simplemente humano…

martes, 9 de enero de 2007